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Nuestro Señor en su Entrada Triunfal en Jerusalén
 
La imagen de Nuestro Señor en su Entrada Triunfal en Jerusalén es obra del escultor sevillano D. Álvaro Abrines Fraile, realizada en el año 2012, año del Cincuentenario Fundacional de esta Cofradía. Está realizada en madera de cedro real policromada al óleo. Iconográficamente representa la Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de un pollino ante la aclamación de todo el pueblo Hebreo que recibe al Mesías con Palmas y ramas de olivo. Jesús monta sobre el lomo del animal mientras bendice con la mano derecha al pueblo que lo aclama.
Dicha imagen fue bendecida el 31 de marzo de 2012, y realizó estación de penitencia por primera vez el Domingo de Ramos de dicho año, 1 de abril de 2012.

Pasaje Evangélico: “Habiendo Jesús encontrado un pollino, monto sobre él, según estaba escrito: “No temas hija de Sion, he aquí que viene tu Rey montado sobre un pollino de asna”. (Jn.12, 14-15).


María Santísima de la Estrella

La imagen de María Santísima de la Estrella es una imagen realizada en madera de cedro policromada al óleo por D. Elías Rodríguez Picón en 2004, aunque bendecida por la Cofradía en 2007. Se trata de una Dolorosa de las llamadas de Canastilla con una altura de 1,65 metros, con un bello y dulce rostro con carnaciones sonrosadas que inclina levemente la cabeza hacia la derecha y posee 5 lágrimas,  tres en el lado derecho y dos en el izquierdo.

La advocación de Estrella

Etimológicamente, también la advocación de Estrella, tiene su historia. En el Apocalipsis se recoge la siguiente cita “un gran prodigio apareció en el cielo: la mujer vestida de sol, con la luna como pedestal, y coronada su cabeza con 12 estrellas. Los Santos Padres de la Iglesia interpretaron el nombre de María como Stellas Maris (Estrella del Mar), también lo hizo así el abad Fulda Hrabanus Maurus, en el Siglo IX, donde dice que María es la Estrella del Mar porque puso en el mundo sumergido en las tinieblas de Jesús, verdadera Luz. El propio San Bernardo lo refiere en su comentario sobre Lucas: “... así como la estrella se despide como un rayo de luz sin corrupción de si misma, así, sin lesión suya dio a luz al Hijo de Dios... “María es pues la libre Estrella que se levanto de Jacob, cuya luz se difunde por todo el orbe”.

Desde que la humanidad levanta sus ojos al cielo, en el proyecta sus valores, recuerdos y anhelos. A cada estrella le confiaron nuestros antepasados un dios o héroe al que recordar por siempre; con estrellas amasaron constelaciones depositarias de su fe, de sus esperanzas y de sus amores. Por eso no podía faltar entre los nombres de mujer, el de Estrella, que en su forma más clásica es Estela.
Donde primero aparece una representación de la Virgen con una Estrella es en las catacumbas de Domitilia (Siglo II-III d.C.), encontramos en un fresco la imagen de la Virgen entronizada con una estrella a la derecha. Desde entonces aparece la estrella en numerosos lugares.
Con Bizancio y su esplendoroso arte llega la representación explicita de la Virgen de la Estrella, aparece esta a un lado de la Virgen, sobre su cavase, en la frente, sobre el hombro...; la estrella como representación es a veces una derivación icnográfica de la cruz. En Siria y Alejandría estaba el dicho de “Portare crucem in fronte”, de ahí el signo en la frente, así también los judíos dicen que el verdadero signo de los creyentes hay que llevarlo en la frente.

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